jueves, 22 de agosto de 2013

¿Por qué es fundamental intervenir neurocognitivamente en las demencias?

Las demencias en general, y la enfermedad de Alzheimer (EA) en concreto, se definen como un trastorno neurodegenerativo irreversible que ocasiona un deterioro global persistente, y cuya consecuencia son alteraciones en el carácter, cognición, conducta y personalidad.
Además, produce un grave deterioro de la vida social, laboral y cotidiana de la persona afecta, e interfiere el autogobierno de la misma.
Habitualmente aparece con síntomas muy discretos, silenciosos pero progresivos, con problemas leves de memoria y lenguaje en la vida cotidiana. Específicamente, entre otros, lapsos de memoria semántica, olvido de acciones realizadas o por realizar, repetición de información a los pocos minutos de haberla expresado, problemas en la memoria visuoespacial..., y al que se van asociando alteraciones de otras funciones mentales y psicológicas:
Problemas en la planificación de la solución de problemas, problemas motivacionales para dirigir la conducta a meta, problemas de gestión de las emociones, etc . Al igual que otras demencias relacionadas (vasculares, frontales, enfermedad por cuerpos de Levy...), estas afectaciones suelen derivar en un deterioro en la ejecución efectiva de las actividades de la vida diaria e intrusión del paciente en una situación de dependencia que termina en institucionalización o en convertirse en una importante carga para los familiares y cuidadores.
Finaliza siempre con la pérdida completa de la biografía y la identidad personal.
La secuencia intermedia en este proceso es más dificultosa de determinar. La progresión de la enfermedad es heterogénea. En algunas personas la evolución del proceso de deterioro se acelera más en algunas capacidades mientras conserva relativamente bien otras. Esta progresión viene determinada por las anomalías en los circuitos neuronales en los que el daño neurológico se va haciendo más reconocible. Por ejemplo, la típica progresión inicial del daño en la corteza entorrinal, estructura paralímbica del lóbulo temporal y, posteriormente, el hipocampo, suele acuciar los p roblemas de la memoria reciente.
En consecuencia, la pérdida de esta capacidad se hace más relevante que otras: los circuitos de memoria son los más vulnerables en la patología de la EA y, por lo tanto, los primeros en verse afectados.
De este modo muchas veces se identifica “demencia” con “pérdida de memoria”. Otros pacientes en cambio, sufren más daños en procesos manipulativos, o en problemas del lenguaje por afectación temporal de peor pronóstico clínico, o diferentes problemas de tipo perceptivo (visual, auditivo, olfativo...) como las afectaciones parietooccipital es.

jueves, 1 de agosto de 2013

¿Cómo funciona la memoria humana?

Buenos días amigos
Hoy os dejamos con la entrevista aldoctor en psicología Juan José Meilán para RTVE en la que se abacar el tema del funcionamiento de la memoria humana

PREGUNTA: Me gustaría saber cómo funciona la memoria humana. ¿Es infinita? ¿Se tienen que borrar unos recuerdos para que quepan otros, como en un disco duro? ¿Qué determina que unos recuerdos se queden fijados y otros se borren? 

"La memoria no es infinita", explica a RTVE.es Juan José García Meilán, psicólogo especialista en memoria de la Universidad de Salamanca y el Instituto de Neurociencias de Castilla y León. "Pero tampoco es como un disco duro que tiene una capacidad determinada".
Los recuerdos son una red de tejido neuronal. A medida que almacenamos recuerdos se hace más y más tupida. Y esta red está 'viva'. Cambia de forma porque las neuronas que la componen se van asociando entre ellas de una forma u otra según llegan nuevos recuerdos que almacenar.

Tejido neuronal del hipocampoGE Healthcare en Flickr (CC)
"Las conexiones nuevas son las más accesibles, se activan más rapidas"







Cuantos más recuerdos acumulamos, más cosas olvidamos o al menos más nos cuesta recordar. "Las conexiones nuevas (las más recientes) son las más accesibles y, por lo tanto, recordamos con más facilidad aquello que codifican, simplemente porque se activan más rápido. Sin embargo, las antiguas se van quedando en el fondo del armario", señala el García Meilán.
Según el tipo de recuerdos se fijan en una zona u otra del cerebro. Tal y como explica García Meilán, "el sabor del café se almacena en la zona somatosensorial.
Las emociones que sientes porque, por ejemplo, el sabor es el mismo que el del café que te hacía tu abuela, se almacenan en la amígdala. La palabra café, en la zona temporal. Y si la situación es anecdótica, porque por ejemplo, el café te lo has tomado con Meg Ryan, pues lo almacenas con los recuerdos 'episódicos'.

Memoria de elefante o de pez

Hay personas con muy buena memoria. Se debe a una combinación de varios factores: "Algunos tienen una mayor capacidad natural, es decir, tienen unos niveles óptimos de las moléculas que se usan para hacer sinapsis (uniones entre neuronas) y a la vez una buena estrategia de codificación de recuerdos", explica.
Tres son los pasos para memorizar algo bien: atender, codificar e integrar bien el recuerdo, es decir, en el sitio adecuado. "Cuando olvidamos por ejemplo, dónde hemos dejado el coche es porque no hemos prestado atención, no nos hemos parado a pensar dónde está el coche", explica.
Para tener una buena memoria, además, de una buena estrategia, hay que tener el cerebro en forma.
"Hay que hacer ejercicio físico aeróbico, para oxigenar bien el cerebro, y ejercicio mental, es decir, jugar al tute o al dominó para mantener los niveles de ejecución adecuados", asegura el experto con buen humor.

 http://www.rtve.es/noticias/20100218/como-funciona-memoria-humana/318714.shtml